martes, 15 de febrero de 2011

Arturo Pérez-Reverte 1ª parte

PRESENTACIÓN DE EL ASEDIO
DE ARTURO PÉREZ-REVERTE

(APR es Arturo Pérez-Reverte, por si no os dábais cuenta)

A él no le gusta promocionar sus libros pero tiene que hacerlo.
Esta vez la presentación era una entrevista. Un periodista del Faro de Vigo de la sección de deportes (?) era quien se la hacía. La presentación inicial del anfitrión fue continuamente un lugar común. Se notaba que había leído el libro pero que no conocía mucho al autor. De hecho APR miraba al cielo mientras el otro hablaba, y no sonreía precisamente. Eran más de las ocho y yo creo que el escritor estaba muy cansado, porque aquellos días andaba de un sitio para otro, presentando el libro. Durante la entrevista el periodista apenas habló y APR, en cambio, lo hizo por los codos.
Yo empezaba a pensar que había sido una estupidez haber ido, porque ya había visto esta presentación en Cádiz y en Madrid a través de internet. 
He leído todos los libros del escritor desde el año 1986, leo su columna de los domingos, entro en su foro y también en su página WEB de vez en cuando.
A veces me quejo de los finales de sus libros, de lo pesado que se pone con algunos temas y de que su forma de escribir en ocasiones es bastante insufrible.
Le he mandado algunas cosas y él siempre me ha contestado con una tarjeta manuscrita, en agradecimiento.
Durante la entrevista lo que me molestó en primer lugar fue su especie de renuncia a la columna de El Semanal. Por lo menos a las palabrotas y barbaridades (esta palabra la dijo él) que suele incluir en ella.
Dijo que escribía lo que pensaba pero afirmó que el que lo hace es un personaje que se ha inventado y no él mismo.
Es decir, que no suelta tacos ni es agresivo al hablar, y aunque en su columna dice lo que opina, lo hace de una forma que no es la suya.
En fin, la crudeza la deja para su personaje. 
Y yo digo que, aún así, su nombre aparece al final, ¿no?. 
Vamos, que me pareció que intentaba decir que era un gentleman, o algo así y que el palabrotero sólo existe en el papel...
Por lo demás hablaba mucho y decía lo de siempre.
Hablando de la guerra civil y de la ley de memoria histórica,
en un momento determinado alguien del público le gritó bromeando:
-!Mójate, no seas políticamente correcto!.
(Yo estaba pensando lo mismo).
Y APR contestó: -!Eso no me lo dices en la calle! (de broma también, pero algo azarado). Y luego añadió: -Es que no quiero herir a nadie....Porque aquí hay gente de muchas ideologías...
Vaya! Qué respetuoso!. Creo yo que se pueden decir las cosas que se piensan, pero sin ofender... Y él con más motivo, porque tiene recursos de sobra.
Sobre la guerra civil dijo que no había escrito un libro sobre ella porque lo hubiera hecho hace diez años, pero que ahora ya era tarde y que al fin y al cabo era una guerra más.
En esto le doy la razón. Las guerras son muy parecidas, o iguales.
Y además, ya se ha agotado ese tema, creo yo.
Terminada la entrevista, a las nueve y cuarto APR cerró el chiringuito y se levantó. Yo creo que eso tendría que haberlo hecho el anfitrión, pero el autor es bastante impaciente y ya llevaban un cuarto de hora de retraso.
Después llegó lo de firmar los libros.
La mayoría de la gente no lo llevaba y se fue, claro. Algunos no lo habían leído porque lo habían comprado en el momento y unos pocos lo llevábamos manoseado.
Justo antes de llegar con mi libro, un chico que estaba delante me pidió que le hiciera una foto y yo le hice tres a él.
Todas salieron mal.
Y ahora viene el diálogo que mantuve con el autor.
Le entrego el libro:
APR- Dedicado a .....
Le digo mi nombre y empieza a firmarlo. Hace dedicatorias largas con una enorme y bonita letra. Se nota que es un hombre seguro de sí mismo.
Yo- ¿No le suena mi nombre?
Tengo uno poco común. Lo trato de usted porque ya sé como se las gasta con lo del tuteo.
APR- No sé...Pues...Sí.
Yo- Le he mandado alguna cosa...
APR- Ah! sí, bueno, pues muchas gracias. Me alegro de conocerte.
Me tutea el primero!, eh?. Empieza a ponerse nervioso, porque no se acuerda de mi nombre.
Yo- Seguro que lo que más te gustó fue la película. (Era de guerra).
APR- Ah! sí, sí. Es verdad.
Yo- ¿Y no te acuerdas de haber dicho en tu columna que te postrarías, como si fuera Dios, ante quien la encontrara? Para ti, se supone. Tuvo gracia.
APR- Ah! sí, pero aquí...no puedo...quedaría raro.
Yo- Carcajada. No, no te postres. Ahora no estaría bien visto.
APR- Bueno, ¿y qué te ha parecido el coloquio, te has aburrido mucho?
Yo- Bueno..., es que ya me lo sabía todo porque te conozco desde el Húsar y además ya he leído el libro. O sea, nada nuevo.
APR- Ah, claro!.
Cada vez se ponía más nervioso. Todo el mundo le da mucho jabón y yo no se lo estaba dando, la verdad.
Cuando ya me iba me pregunta:
APR-¿Y qué te ha parecido el libro?
Yo- Bueno, pues como siempre, a veces das un poco la brasa. ¿No?
Menuda palabra fui a escoger, habiendo tantas que podrían decir lo mismo.
APR -Bueno, no sé. Sí, no sé. Puede ser...
Me resultó extraño que se quedara sin palabras, o casi...

Y esto es todo.
Más tarde, cuando lamentaba haberle contestado así, una hermana mía me dijo que no me preocupara por lo de dar la brasa, que esa y otras palabras más gordas las dice él en su columna.
En conclusión, yo creo es un hombre tímido que lo pasa mal cuando está entre desconocidos, sobre todo si no le dicen lo de siempre.
En la siguiente entrada os escribo un diálogo que se supone tuve con mi hija sobre El Asedio cuando yo lo estaba leyendo.
A los que no lo habéis leído os resultará un poco difícil de entender y a los que sí, también , pero puede que os divierta, o no.