martes, 31 de mayo de 2011

Fenómeno mundial

Soy Iker Jiménez Chorras (de Cuarto Milenio), primo de Iker Casillas Mola. También es primo nuestro Curro Jiménez Fidalgo.


Ayer me invitó mi primo Casillas a ir al campo. Curro vino porque podríamos necesitarlo en el último momento ante el fenómeno que íbamos a presenciar (según dijeron mis primos, que yo entiendo de nada, ni sé nada de nada).
Como íbamos al campo Curro llevó su caballo llamado Goleante. Curro siempre salva a los buenos cuando ya todo parece atascado. Iker en cambio, es de esos que la ven venir. Y yo no tengo ni puta idea de nada. Ya os lo he dicho. Y no sirvo ni para tomar por saco.


Yo iba a observar. Porque tenía yo un presentimiento desde hace 80 años. Y aunque tengo 50, he tenido otras vidas. En concreto en esa vida anterior  yo era un completo gilipollas, no como ahora que soy un fantasma. De aquella fui denostado por afirmar que la tierra era roja. En realidad me refería a Marte. Pero esta vez la tierra estuvo roja durante 90 minutos. Fijo.
Me confundo mucho, con los planetas y con todo, también.


Sigamos.
Llegamos al campo. Iker había decidido llevarse a sus amigos, iban disfrazados con unas camisetas que les daban un aspecto extraño, realmente no parecían ellos.
El campo estaba repleto de tulipanes naranjas. Muy monótono y cansino, el campo.
Los chicos sacaron de la cesta un queso de bola holandés (de esos que son rojos por fuera y amarillos por dentro).
En vez de comérselo se pusieron a darle patadas.


Yo empezaba a sentir algo en el estómago (me había tomado una naranja entera y sin pelar y yo creo que me hizo daño).
Yo sabía que algo iba a pasar. No sé qué, porque soy un imbécil.
Los chicos decían: pásalo, pásalo!. Yo también lo decía porque un poco de queso no hace mal a nadie y a mi me vendría bien para pasar la naranja, que no iba ni pa arriba ni pa abajo. La cabrona.


En fin. Yo observaba, el caballo pastaba y Curro ligaba con una tal Aurora, bonita campesina que pasaba por allí.
Lo que pasó después se puede considerar como un fenómeno mundial. Os lo aviso con tiempo, para que esteis preparados. Ej que es muy fuerte!
Ah! de vez en cuando venía un tipo malencarado que decía ser un pastorcillo cuidador de ovejitas y enseñaba unas postales  amarillas a los chicos, pero el muy tacaño se las volvía a meter en el bosillo. Pero curiosamente un postalilla roja se le cayó y fue a parar a los tulipanes. Además les decía a los chicos que no los pisotearan. Y eso es muy injusto, porque los tulipanes eran de color naranja mecánica y eran muy duros. Eso lo sé yo, aunque sea un perfecto mamón.


YYYYYYY! De repente los tulipanes se convirtieron en AMAPOLAS. Todo era rojo. Esto lo vi yo con estos ojitos daltónicos. Oigan!


Algo pasaba con el rojo y el amarillo, unos colores que todo lo invadían.
Ante este fenómeno colorista pensé que la causante de tanto cambio de color pudiera ser propio de la Aurora (Boreal). Le fui a preguntar y me dijo claramente: vete a la mierda Iker Jiménez, que no tienes ni puta idea. Mi primo Curro me miró mu malamente. Por molestar y porque soy un tarado. Lleno de estupidez. Y con melena calva, si eso pudiera darse.


El color amarillo del campo nacía de unas margaritas campestres que son todas amarillas. Sin pétalos blancos, quiero decir, por si no lo entendéis, que yo tengo el ingenio muy afilado, como el culo de un niño, vamos. Son de esas que se dan muy bien en el pueblo de un tal Iniesta. Que según dicen tiene poderes. Yo no sé cuales, porque soy un ignorante.


Y para rematar (me sale rematar, no sé porqué) me veo a mi primo Curro subido al caballo rodeado de gente enfervorizada levantando el queso de bola que ahora era amarillo brillante por fuera y seguro que era rojo por dentro. Que hasta ahí llego a entender.
Y a mi primo Iker Casillas me lo veo morreando con una tía buenísima que no sé de donde coño salió. El muy cabrón.


Y allí estaba yo solito, sin saber de donde vengo, ni de donde soy, es decir, sin saber nada como siempre. Así que me voy al infierno, que es donde me suelen mandar. Porque yo me lo merezco.
¡Ay Dios! que el infierno también es rojo y amarillo. Nooooooo!


Un besito de Iker Jiménez, que está fuera de sus Casillas y haciendo este Curro de mierda.

lunes, 7 de marzo de 2011

Arturo Pérez-Reverte 2ª parte

Les voy a leer un diálogo que mantuvimos mi hija y yo hace unos meses.
Ante todo debo decir que yo sigo a este autor desde El Husar, hace unos 24 años.
He leído todos sus libros y por supuesto no he dejado de revisar su columna todos los domingos.

Para situarnos deben imaginarse a una madre y una hija leyendo tumbadas en la cama. Yo soy la madre.
La hija lee a Shopenhauer (esto es verdad, se lo han mandado en la Facultad) y la madre lee el Asedio.
Cuando nos preguntamos mutuamente sobre nuestros libros ella me contesta que el suyo le gusta y añade - ¿qué tal el tuyo?-.
- Pues mira, a este hombre le gustan mucho los soldaditos de plomo, que como bien sabes son bastante pesados. Y ahora, por ejemplo, le hado por medir con toesas.
-¿Toesas?-
-Unos dos Kilómetros.
Ya...- dice mi hija con recelo.
- Para que lo entiendas, te digo: al capitán Desfosseux se le exige una cobertura de alcance de tresmil toesas y con los medios de que dispone sólo alcanza dos mil trescientas. Es decir que le faltan 1.362  metros de los 5.838 que debería conseguir y  además  también tiene problemas con la trayectoria de las bombas, por el viento.
-Vamos, que no da una. Concluye mi hija.
- Más o menos. Más bien menos. Le digo.
Y sigo - Verás... ahora te voy a leer un par de frases que tienen que ver con los temas marítimos que también le gustan mucho. Mira lo que tienen que hacer estos hombre para robar una lancha:
“El cuñado Cárdenas y Mojarra saltan del muelle a la carbonera, destrincan la entrena y tiran de la ostaga para levantar aquella después de tomarle rizos al tercerol de la lona”.
-Vaya! ¿Pero esa gente sabe lo que tiene que hacer? Pregunta asombrada mi hija.
-Eso parece, contesto yo.
-Y todo el libro es así, madre?.
-No. Todo tiene sus compensaciones. Mira lo que dice el Mariscal Víctor, un francés muy peculiar y con muy mala hostia:
“Pues mire Desfosseux...tengo trescientas bocas de fuego de gran calibre apuntando a Cádiz, y la Fundición de Sevilla trabajando veinticuatro horas al día. Tengo mi estado mayor de artillería y lo tengo a usted; que según me aseguró el pobre Senarmont, que en paz descanse, es un genio de la teórica. He puesto a su disposición medios técnicos y autoridad... ¿qué más necesita para meterle bombas a Manolo por el mismísimo ojete?”
-Que bueno!!!!, ríe mi hija. ¿Y quién es Manolo?
-Manolo son todos los españoles, contesto.
El interés de mi hija es inagotable y vuelve a preguntar. ¿Pero el mariscal Víctor habla en francés, no?
- Sí claro, le contesto.
-¿Y cómo se dice ojete en francés?
-Ni idea, pregúntale al jefe.
-Y que más, mamá.
-Pues lo de la vela es mucho, la verdad.
-A ver. Dice interesada mi hija.
-Escucha, le digo: (no es textual. Lo digo como lo entiendo, o como no lo entiendo)
El capitán Lobo intenta escapar de un bergantín que quiere abordar su balandra. Y el autor nos explica en once líneas qué es lo que hace para que no lo cojan. Es decir: primero cubren el palo de la balandra con más lona, ésta gualdrapea y se inmoviliza embolsada, y los hombres que cazan en la cubierta la sujetan de la siguiente manera:  el foque volante alto y tirante en sus garruchos sobre el foque grande y la trinqueta, y por fin al velacho le toca ir braceado en su verga, sobre la cofa. Llegados e este punto la balandra  machetea la marejada y se inclina más a sotavento, y en consecuencia el barco se llena de agua hasta los imbornales.
Me mira mi hija sorprendida y dice: ¡Sublime! Y añade: seguro que la tripulación está hasta los imbornales de su trabajo. Ríe.
- Supongo, le digo.
La jovencita sigue inquisidora:  ¿y hay chica y sexo?
- Chica sí, sexo no.Contesto.
-¿Y eso? Pregunta.
-Pues porque ella es una chica como las de Jane Austen pero más dura.
- Vaya!...dice desilusionada.
- Bueno, realmente esa mujer es un hombre de negocios. Afirmo.
- Que horror!
- Sí. Un espanto. Digo con resignación.
Intervengo otra vez y le digo que también hay un comisario que habla francés y juega al ajedrez.
- ¿Un intelectual? Pregunta mi hija.
- Bueno yo no diría tanto...Le contesto. Pero está ávido de aprender.
- ¿Y hay asesino? Insiste de nuevo con otra pregunta.
- Sí, lo hay, y el comisario lo pilla.
- ¡Genial!. Se alegra mi hija.
- Sí, y por suerte el comisario cree en la justicia terrena, a palo seco. Le digo.
- Y por último te diré, miro a mi hija, que entre otros personajes que no he mencionado, aparece una señora que se llama Perejil.
- ¿Y eso?, se asombra mi hija.
- Pues porque está en todas las salsas. Supongo. Vamos, que es una cotilla.
Al cabo de unos días mi hija me pregunta qué me ha parecido el final.
- Jodido hija, como siempre.
- ¡Pero mamá! -dice- eso no es un libro, eso es una putada!
- Bueno- contesto- al menos me consuela pensar que cuando se muera nuestro perro seré capaz de  disecarlo y así se quedará entre nosotros.
Nada más, Muchas gracias.

El niño de Pe

Realmente no tiene mucha importancia que una señora tenga un hijo. Bueno, se supone que para su familia sí. Sobre todo para el padre, claro.
Pero resulta que cuando los progenitores son Penélope Cruz y Javier Bardem, la cosa cambia.
Se ha armado una buena, señores.
Y es que yo no sé que pasa con los niños de los famosos.
Pensad en Angelina Jolie, Madonna o Letizia. Esos retoños son adorados y no sólo por sus padres, lo cual es bastante preocupante.
Se siente por ellos una especie de veneración como si fueran niños diferentes. Pero en realidad eso es así porque los que son diferentes son los padres.
Desde luego, si nos paramos un poco a analizar el proceso del nacimiento del niño de Pe, podríamos llegar a la conclusión de que se trata de algo así como el alumbramiento de un mesías, Hollywoodiense, claro.
Todos lo esperaban y todos lo celebran.
Porque ya se sabe que la parafernalia que rodea el nacimiento de este niño ayuda mucho. Y me refiero a la de sus papis, que tienen mucha, desde que viven en Los Ángeles.

martes, 15 de febrero de 2011

Arturo Pérez-Reverte 1ª parte

PRESENTACIÓN DE EL ASEDIO
DE ARTURO PÉREZ-REVERTE

(APR es Arturo Pérez-Reverte, por si no os dábais cuenta)

A él no le gusta promocionar sus libros pero tiene que hacerlo.
Esta vez la presentación era una entrevista. Un periodista del Faro de Vigo de la sección de deportes (?) era quien se la hacía. La presentación inicial del anfitrión fue continuamente un lugar común. Se notaba que había leído el libro pero que no conocía mucho al autor. De hecho APR miraba al cielo mientras el otro hablaba, y no sonreía precisamente. Eran más de las ocho y yo creo que el escritor estaba muy cansado, porque aquellos días andaba de un sitio para otro, presentando el libro. Durante la entrevista el periodista apenas habló y APR, en cambio, lo hizo por los codos.
Yo empezaba a pensar que había sido una estupidez haber ido, porque ya había visto esta presentación en Cádiz y en Madrid a través de internet. 
He leído todos los libros del escritor desde el año 1986, leo su columna de los domingos, entro en su foro y también en su página WEB de vez en cuando.
A veces me quejo de los finales de sus libros, de lo pesado que se pone con algunos temas y de que su forma de escribir en ocasiones es bastante insufrible.
Le he mandado algunas cosas y él siempre me ha contestado con una tarjeta manuscrita, en agradecimiento.
Durante la entrevista lo que me molestó en primer lugar fue su especie de renuncia a la columna de El Semanal. Por lo menos a las palabrotas y barbaridades (esta palabra la dijo él) que suele incluir en ella.
Dijo que escribía lo que pensaba pero afirmó que el que lo hace es un personaje que se ha inventado y no él mismo.
Es decir, que no suelta tacos ni es agresivo al hablar, y aunque en su columna dice lo que opina, lo hace de una forma que no es la suya.
En fin, la crudeza la deja para su personaje. 
Y yo digo que, aún así, su nombre aparece al final, ¿no?. 
Vamos, que me pareció que intentaba decir que era un gentleman, o algo así y que el palabrotero sólo existe en el papel...
Por lo demás hablaba mucho y decía lo de siempre.
Hablando de la guerra civil y de la ley de memoria histórica,
en un momento determinado alguien del público le gritó bromeando:
-!Mójate, no seas políticamente correcto!.
(Yo estaba pensando lo mismo).
Y APR contestó: -!Eso no me lo dices en la calle! (de broma también, pero algo azarado). Y luego añadió: -Es que no quiero herir a nadie....Porque aquí hay gente de muchas ideologías...
Vaya! Qué respetuoso!. Creo yo que se pueden decir las cosas que se piensan, pero sin ofender... Y él con más motivo, porque tiene recursos de sobra.
Sobre la guerra civil dijo que no había escrito un libro sobre ella porque lo hubiera hecho hace diez años, pero que ahora ya era tarde y que al fin y al cabo era una guerra más.
En esto le doy la razón. Las guerras son muy parecidas, o iguales.
Y además, ya se ha agotado ese tema, creo yo.
Terminada la entrevista, a las nueve y cuarto APR cerró el chiringuito y se levantó. Yo creo que eso tendría que haberlo hecho el anfitrión, pero el autor es bastante impaciente y ya llevaban un cuarto de hora de retraso.
Después llegó lo de firmar los libros.
La mayoría de la gente no lo llevaba y se fue, claro. Algunos no lo habían leído porque lo habían comprado en el momento y unos pocos lo llevábamos manoseado.
Justo antes de llegar con mi libro, un chico que estaba delante me pidió que le hiciera una foto y yo le hice tres a él.
Todas salieron mal.
Y ahora viene el diálogo que mantuve con el autor.
Le entrego el libro:
APR- Dedicado a .....
Le digo mi nombre y empieza a firmarlo. Hace dedicatorias largas con una enorme y bonita letra. Se nota que es un hombre seguro de sí mismo.
Yo- ¿No le suena mi nombre?
Tengo uno poco común. Lo trato de usted porque ya sé como se las gasta con lo del tuteo.
APR- No sé...Pues...Sí.
Yo- Le he mandado alguna cosa...
APR- Ah! sí, bueno, pues muchas gracias. Me alegro de conocerte.
Me tutea el primero!, eh?. Empieza a ponerse nervioso, porque no se acuerda de mi nombre.
Yo- Seguro que lo que más te gustó fue la película. (Era de guerra).
APR- Ah! sí, sí. Es verdad.
Yo- ¿Y no te acuerdas de haber dicho en tu columna que te postrarías, como si fuera Dios, ante quien la encontrara? Para ti, se supone. Tuvo gracia.
APR- Ah! sí, pero aquí...no puedo...quedaría raro.
Yo- Carcajada. No, no te postres. Ahora no estaría bien visto.
APR- Bueno, ¿y qué te ha parecido el coloquio, te has aburrido mucho?
Yo- Bueno..., es que ya me lo sabía todo porque te conozco desde el Húsar y además ya he leído el libro. O sea, nada nuevo.
APR- Ah, claro!.
Cada vez se ponía más nervioso. Todo el mundo le da mucho jabón y yo no se lo estaba dando, la verdad.
Cuando ya me iba me pregunta:
APR-¿Y qué te ha parecido el libro?
Yo- Bueno, pues como siempre, a veces das un poco la brasa. ¿No?
Menuda palabra fui a escoger, habiendo tantas que podrían decir lo mismo.
APR -Bueno, no sé. Sí, no sé. Puede ser...
Me resultó extraño que se quedara sin palabras, o casi...

Y esto es todo.
Más tarde, cuando lamentaba haberle contestado así, una hermana mía me dijo que no me preocupara por lo de dar la brasa, que esa y otras palabras más gordas las dice él en su columna.
En conclusión, yo creo es un hombre tímido que lo pasa mal cuando está entre desconocidos, sobre todo si no le dicen lo de siempre.
En la siguiente entrada os escribo un diálogo que se supone tuve con mi hija sobre El Asedio cuando yo lo estaba leyendo.
A los que no lo habéis leído os resultará un poco difícil de entender y a los que sí, también , pero puede que os divierta, o no.


lunes, 17 de enero de 2011

El exconvicto

Ya sabéis que voy bastante por la estación de autobuses, a tomar algo, a comprar una revista y cosas así.
Hace unos días me abordó un chico para pedirme dinero (como siempre, porque los que tienen un Mercedes, ni van en Autobús ni piden dinero).
La S es la señora, yo misma. El Ex es el que acaba de salir de la cárcel, es decir, el exconvicto (obvio).
 Ex- Oye, oye! me das algo para ducharme?
S- Para qué ?????
Ex- Para ducharme.
Como no tengo suelto, le doy un billete de10 euros. Que, en siendo limpia, comprendí su preocupación por lavarse.
S- Y dónde te vas a duchar?, porque estos aseos no tienen ducha. (Están asquerosos, por cierto, aunque no creo que a él le importara, porque ni la cara se iba a lavar, eso seguro).
Ex- No sé. Bueno también me vale para comer. Podemos comer juntos por ahí o en tu casa.
(En este momento, cualquier mujer razonable ya estaría a kilómetros de distancia).
S- No, no, déjalo. Pero, tú de dónde sales?.
Ex- Pues yo soy ex convicto. Con la condicional.
(Vaya!, esto es nuevo, pensé).
S- Pues anda con cuidado. Y de dónde vienes, de Teixeiro? (Cárcel cercana).
Ex- No, de  Salamanca.
S- Ya. Y qué haces aquí?
Ex- Bueno, vengo todos los años. (Pienso: ¿viene a rezar al Santo para que le perdone los pecados?. Y si acaba de salir de la cárcel, ¿cómo es que ha podido venir todos los años?
S- ......?????? (Me quiero ir de una vez)
Ex- Y tú qué eres, casada o soltera?
S- Ninguna de las dos cosas.
Ex- Ah! eres divorciada (que perspicaz, el muchacho). Bueno, pues entonces podemos hacer lo que queramos. (Tú no, pienso, que si te denuncio vuelves al trullo inmediatamente, que para eso está la condicional).
S- Me voy, de verdad.
Ex- Oye...
S- Que me voy te he dicho, que me están esperando.
Ex- Quién?
S- Alguien. (No le dije que mi gato, porque eso no iba a ser suficiente para disuadirlo).
Ex- Mira una cosa, la última, el otro día estuve con una chica como tú. Se parecía mucho a ti.
S- Ya.
Ex- Y sabes que me pasó?.
S- No.
Ex- Pues que al final de la conversación me dió un morreo....!!!!!
S- Me parece que esa chica y yo no nos parecemos tanto como dices. Anda vigílate un poco, antes de que te vigilen.
Y me largué, con dos sentimientos encontrados, pena por haberlo dejado plantado y alivio por exactamente lo mismo.
Lo que no os he dicho es que su aspecto era normal. A pesar de la sudadera polar en pleno agosto. Se supone que en la cárcel no tienen un buen fondo de armario, digo yo.
Perooooooooooo...
Tenía un sólo diente en la parte de arriba. Por lo demás todo bien.
Y luego cuando me iba, daba gracias al cielo porque no me había pedido para ir al dentista, que con lo que soy yo para las necesidades de la gente... Me despluma!
Me gustan más los exdrogatas que los exconvictos, porque los primeros siempre están pendientes de no volver a caer y los segundos de no volver a la cárcel, pero tienen un cierto olor a delincuente. Sin ánimo de ofender.

viernes, 14 de enero de 2011

Asquerosos

El otro día viajando en un avión, me tocó al lado una señora que iba con su hijo. Un chaval de unos once años.
Entablamos una conversación. Los tres quiero decir, porque el niño intervenía de vez en cuando. Dejábamos que lo hiciera porque seguramente las dos opinábamos que los jóvenes suelen tener razón, y saben utilizarla mejor, además.
En fin, el caso es que los tres éramos gente expansiva, deshinibida y con ganas de charla.
La conversación fue derivando como suelen derivar las de las mujeres. Es decir, hablar del daño que nos han hecho los hombres. Porque cualquier mujer ha hablado de ese tema a lo largo de su vida en algún momento. Sin duda.
Es más, se puede decir que la mayoría de nosotras hablamos bastante a menudo del asunto.
Pero esto de hablar así, de primeras, de las penas que nos atribulan por culpa de los hombres, hace que se convierta en un tema mucho más liviano, te sientas comprendida y se trivialice la cuestión.
Como tiene que ser, que para eso están las conversaciones con desconocidas, en un avión o en cualquier otro sitio.
Y además es una buena terapia. Es algo así como una puesta en común espontánea pero con una sola mujer, de tú a tú, que si se hace con más, las cosas se complican mucho.
El intercambio de pareceres fue más o menos así:
(La mujar de al lado es la otra, yo la una y el niño es un niño, claro)
La otra- Yo estoy separada
La una- Yo también.
La otra- Ahora tengo un novio que tiene diez años menos que yo.
La una- Y qué tal?
La otra- Bien. Porque mira una cosa, los hombres con los años se vuelven asquerosos.
Yo no sabía qué quería decir exactamente. Aún así la palabra asquerosos me pareció excesiva e inadecuada.
La una- Tú crees?.
La otra- Desde luego.
La una- Y eso?
La otra- Pues no sé. El caso es que es así.
Niño- A mi me gusta más este.
La una- Este padre?
Niño- Sí. Me ha regalado este reloj. Es distinto.
La una- Qué es distinto el reloj o el padre?
Niño- Los dos.
La una- Entonces tu padre también te regaló un reloj que era distinto?
Niño- No, mi padre no me regaló nunca un reloj. Ni nada.
La una- Y eso?.
Niño- No sé, a lo mejor es que no tenía mucho tiempo.
La otra-Ya ves, también se convirtió en un asqueroso. Con la edad, quiero decir. Y el tuyo?
La una- Mi ex?. Pues no sé , pero se puso insoportable y ya no lo aguanté más.
La otra- Claro. De todas maneras les pasa a la mayoría.
La una- El qué?
La otra- Que se vuelven asquerosos. No sé por que, es algo que me da que pensar, pero siempre llego a la misma conclusión.
La una- Puede que a nosotras nos pase lo mismo...
La otra- Yo creo que a mi no me pasa. Y a ti?
La una- A mi tampoco, casi seguro.
La otra-Ya. Seguramente mi novio también se vuelva insoportable con la edad y asqueroso. Pero aún es joven.
La una- Igual tienes suerte y sigue siendo el mismo.
Niño- Mamá yo quiero que sea el mismo, no quiero tener otro padre más.
La otra- Lo intentaré, hijo.
La una- Parecemos unas mujeres desesperadas. O un poco.
La otra- Tú sí. Yo lo fui. Me conformo por ahora.
La una- Entonces, no tengo muchas posibilidades, porque si los hombres de nuestra edad se vuelven unos asquerosos...
La otra. Puedes buscarte uno joven. O arriesgarte con uno maduro.
La una- No me apetecen más riesgos.
La otra- Tú misma.
Niño- A mi me gustan los riesgos, si no, es un rollo. Este es mi primer viaje en avión.
La una- Y que tal? Te parece arriesgado?
Niño- No, no mucho. No se ve nada.
La otra- Es por la niebla. Además las ventanas están rayadas.
Niño- Pues vaya. Ademas, yo creía que la ventanas eran más grandes. No veo el riesgo por ninguna parte.
La una- Aunque volar no parezca muy arriesgado desde dentro, te aseguro que fuera sí lo es.
La otra- Sí, visto desde fuera todo es diferente.
La una- Entonces debo arriesgarme y buscar un hombre para mi?
La otra- Eso será muy arriesgado. Lo sabes. Te lo he dicho.
La una- Porque me puedo enamorar de él?
La otra- No. Porque te puedes hartar de él.
La una- Cuento con eso.
La otra- Con eso nunca se cuenta.
La una- Es verdad. Es difícil todo esto.
Niño- Mi padre va por la tercera novia desde que se separó de mi madre. Para él no es nada difícil.
La otra- Ya ves, lo de siempre. Los hombres nos rompen el corazón.
La una- Y nosotras a ellos también?
La otra- No, nosotras les rompemos la cabeza, pero nada más. Eso no los traumatiza. Siempre acaban encontrando otra que se la vuelva a romper.
La una- Esa teoría resulta bastante especial. Un poco extraña.
La otra-De eso nada. El corazón roto no se cura, pero que te pongan la cabeza como un bombo, sí tiene curación. Por eso se olvidan y vuelven a caer en los brazos de otra mujer. Además, casi siempre, ellos lo que nos ponen en la cabeza unos cuernos preciosos. Sí, eso nos ponen.
La una- Suena poco romántico.
La otra- Pues es así.

El viaje llega a su fin.

La una- Bueno, Bien..., espero que tengas suerte.
La otra- Yo también te deseo suerte. Pero necesitas cambiar de actitud. Deja de pensar que los hombres se convierten en unos asquerosos. Hay algunos que se salvan, aunque escasean.
La una- Vaya!! Qué alivio. Entonces, sigo buscando?
La otra- Con eso te llega, de momento.
La una- Con qué?
La otra- Con buscar.